También en el desierto crecen flores...

Marielys + la sal + Ambar + el desierto

Yo crecí rodeada de montañas verdes y agua. Lagos, ríos, cascadas, lluvias... el agua cae y mana por todos lados ahí donde yo nací. 

Cuando llegué a donde vivo ahora, lo más impresionante fueron sus cerros pelones: ¡Mamá, las montañas no tienen árboles! El color de la tierra, la piedra, extendido al infinito hacia delante... igual que mis montañas verdes, pero sin verde. 

Me tardé un tiempo en darme cuenta de que el desierto me hace feliz. Sus soles penetrantes, directos, sin intermediarios. Sus cielos despejados, completamente azules, completamente estrellados. El viento que canta tan cerca. 

Este día desperté y super que era mi día de desierto. Marielys me dejó algunas tareas, yo me llevé algunas otras, y pedí un poco de ayuda: a mi madre [para poder viajar], a las mujeres de mi red en fb [para que fueran mis testigas], a las diosas [para que me quitaran el miedo eterno que le tengo a ser espontánea]. 



También en el desierto crecen flores... 
[y vuelan mariposas]


[La sal en el desierto soy yo. La sal en el desierto es mi sudor. La sal en el desierto es mi cuerpo que se mueve. La sal en el desierto es mi cuerpo que baila. La sal en el desierto es la calma. La sal en el desierto es el silencio por dentro. La sal en el desierto es el aire que canta en mis oídos, que me alborota el pelo.] 


  • Recorre: Caminamos un poco por donde yo recordaba que me había gustado caminar alguna vez anterior. Me movían los muros, las paredes viejas y un poco abandonadas me dictaban el camino. 

  • Espera: Me senté en el marco de lo que parecía alguna vez fue una ventana o una puerta. Entendí el silencio. Me senté frente al abismo. Un abismo generoso que se abría frente a mí. Escuché al viento. 


  • Identifica: Me gusta ahí donde puedo escuchar el viento. Me gusta donde puedo contemplar el desierto y alcanzo a ver donde las montañas se juntan con el cielo. 
  • Cristaliza: Bailé un poco... ahí donde surgió la necesidad. Escuchar la necesidad solo se puede después de habitar el silencio. Bailar solo puedo después de no-bailar.
  • Mis postales: 
Voltear de pronto y ver a Susana, sentada bajo el árbol, observando el mismo silencio que observaba yo. 

La sensación de las piedras en mis pies mientras bailaba. El calor del sol directo en mi cara. 

La voz de Susana al entrar: "En los lugares desérticos, las casas son bajitas y con puertas chiquitas..."

Bajar los ojos mientras bailaba y encontrarme con las florecitas pequeñas, y una mariposa diminuta volando entre ellas... también en el desierto crecen flores. 





Si se puede bailar en el desierto, se puede bailar en cualquier parte.

Un día, cualquier día, puedo soltarlo todo, pedir un poco de ayuda, e irme a bailar en medio de la nada. No hay algo que pueda decirse, solo esto que se siente y se baila. 

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